4.12.08

Una partida de tute inhumana


"Pese a todo, la partida continúa..." rezaba esta mañana un diario nacional. Y es que el mismo día del asesinato de Ignacio Uria, en la cafetería de siempre, con las cartas de siempre y el ambiente de siempre, sus compañeros de partida de tute fingían que jugaban. Y digo "fingían" porque después de pensar diezsegundos no creo que el hecho de que la vida continúe pueda provocar ipso facto la indiferencia, el pasotismo, la desgana de meter la cabeza entre las piernas y llorar... y jugar, sin más, con la misma intensidad, otra partida de tute.
"Continuaron con su rutina, con la única diferencia de que otro ocupó el lugar del asesinado", se destaca en el reportaje. Pienso diezsegundos y por más que lo intento no puedo imaginar a los amigos de siempre de Ignacio Uria sin alma, sin el eco de la bala que le atravesó la sien a su compañero, sin el recuerdo de la partida de ayer, sin dolor de estómago, sin la piel de gallina al comprobar y sentir que en la silla de siempre de la cafetería de siempre no está sentado el amigo de siempre. Necesito diezsegundos más para no montar en cólera y decido tenerlos. Hasta los perros pueden alterarse porque a su rutina le falta algo (un trozo de carne deshuesado, por ejemplo).
"La partida continúa..." Me viene otra vez esta frase a la cabeza. Y pienso: sí, la frase está bien. Es la disposición que debe tener el ser humano cuando algo le ha partido el alma. Pero deben transcurrir segundos de silencio, segundos de sentido... Somos humanos. Es la diferencia que tenemos con las cartas de la partida de tute: ellas, el día del atentado tenían los mismos rasguños, el mismo color y rostro de siempre... En cambio, la cuadrilla de amigos, las miraba cómo cuestionándose: y ¿ahora qué?

1 comentario:

cumplesolmaestre@gmail.com dijo...

Qué impacto!! pero ya de nada nos sorpendemos. Ojalá sea una buena ocasión de pensar... y... cambiar!!