25.5.09

Zapatillas en tierra parisina

¡Ya está aquí, ya llegó... Roland Garros!

En su primer partido, Rafa Nadal ha vencido al brasileño Marcos Daniel en tres mangas (7-5, 6-4 y 6-3). Los expertos dicen que ha sudado la camiseta más de la cuenta, que no es el Nadal de siempre, que le costó adaptarse a la arena parisina... Pero, diezsegundos después, pienso que es cuestión de tiempo y de confianza.

Hace un par de días le preguntaron a su tío y entrenador, Toni Nadal, cuántos años le quedaban al número 1 del mundo al máximo nivel. Diezsegundos después, respuesta de Toni: "No tengo ni idea. El tenis es un deporte muy duro, no solo para Rafael, sino para cualquier jugador. Cuando la gente habla tanto del físico de Rafael y del tiempo que le dura, no suele tener en cuenta el tiempo que lleva arriba. Empezó a jugar en el circuito a los 16 años. Es normal que si empezó antes, acabe antes también. Yo no lo sé".

Y si no lo sabe su entrenador, quién lo sabe. El final de una etapa de éxitos es incierta. Por eso, me compadezco de los expertos que deciden, a bote pronto, fulminar la carrera de un personaje con una frase tipo "Ya no es el que era". Ha pasado con Raúl, pasó con Fernando Hierro... ¿pasará con Rafa Nadal? ¿Llegará un día en que sabios y entendidos del tenis destronen de los titulares al mallorquín con tanta frivolidad como lo mantuvieron durante años?

Sea como sea, Rafa es un grande. Como lo fue Andre Agassi. El americano, 18 meses después de descender hasta el puesto 141 del ránking, alzó la Copa de los Mosqueteros. Ahora se cumplen 10 años de la hazaña. Diezsegundos después, sólo me queda anirmarte a ver LA FINAL DE AGASSI... El asunto es que pienses, pensemos, penséis, diezsegundos: ¿qué es el éxito? ¿quién lo da realmente y quién lo quita?

Al ver los brazos alzados de Agassi sobre la tierra parisina, hay algo que me vuelve a la cabeza: es cuestión de tiempo y de confianza.

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