20.3.09

¿Cómo entender las Fallas? II Parte

Hoy arrancan las Fallas 2010

Se acabó. Ayer a las 12 de la noche estaba sentada en el sofá intentando leer con los párpados caídos -imposible-. Y en ese mismo instante, estaban ardiendo en Valencia más de 380 fallas. El calor me llegaba por ósmosis... por haber afincado durante más de 18 años mi cuerpo, mis manos, mis ojos y mis mejillas junto a los ninots en llamas.
Hoy tenía resaca. Y al echar un vistazo a la prensa -con los párpados medio abiertos- he podido cazar un titular absurdo: "Valencia sin fallas".
Y entonces he cabizbajeado diezsegundos y suspirado 6 palabras: "La gente no ha entendido nada".
Quemar el trabajo, convertirlo en cenizas... no es un sinsentido. Entiendo que no se entienda. Prender fuego a una falla es quemar la crítica social, lo que no va, lo que nos gustaría cambiar, los problemas, los males, las angustias... y, por eso, la nit de la Cremà, Valencia resucita. No hay caras tristes. Sólo diezsegundos de lágrimas de la fallera mayor e infantil porque terminan su reinado y del resto, porque las bocinas, cláxones y demás interrumpen la majestuosa melodía de las mascletàes de las 2 del mediodía.
Valencia sin fallas no se entiende. Hoy, 20-M, ya está el artista esculpiendo el rostro de los ninots. Rutina y diaria. Y a esperar 360 días para volver a revivir la plantà.
Pero a esperar como espera un valenciano: con las tracas a propósito de pum, la música de platillos y trompetas de fondo y el socarrat de la paella. Lo nuestro es una fiesta continua. Y de ahí, el entusiasmo y el pensat i fet.

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