28.1.09

La "vaca" de mi vida

Es "la leche". Perdón por la expresión. Quería decir: "es la vaca". ¿La vaca? Sí, sí, la vaca. Ese animal ingenuo, vacilante, blanco y negro gracias al que tenemos leche, milk, llet, leite... A mi siempre me ha hecho gracia. Inofensiva y generosa. Ella no es como el toro. Bravo, negro, castizo... que cuernea a quien se le pone por el camino. Entre pasto y pasto. Llevo mucho tiempo pensando y diezsegundos en este animal. Me ha sacado de aprietos en fiesta de difraces, en algún que otro truco de magia, en conversaciones aparentemente aburridas... En esos momentos, he pensado diezsegundos, he incorporado 'la vaca' a mi vida y ZASSSS: éxito rotundo.
Y ahora, diezsegundos después de dedicarle la entrada, la vuelvo a observar, esta vez con un síntoma sin sentido retumbando en mi cabeza, ojos y orejas. En el Hospital del Niño de Jesús de Madrid curan las vacas-escultura que se exhiben por la capital. Algunas se han visto afectadas: los cuernos arrancados, el cuerpo graffiteado... En fin, que una "amuuulancia" recoge a los animales heridos y los confía a los alumnos de la Escuela Superior de Conservación de Bienes Culturales. Estos jóvenes fingen ser médicos vacunos. Y yo pienso todo y diezsegundos y sigo sinsentideando.
No sé si esta hecatombe es buena, mala, regular o "fifty-fifty" para mi vida. No sé si mañana me atreveré a recurrir a la vaca para salir de un aprieto. Igual le llamo y me cuernea... porque un tipo raro le ha arrancado el cuerno, afeitado el flequillo y obstruido el hocino con kleenex.

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