
Yo he comprobado que hay cosas -pocas- que, por mucho que se pongan entre la espalda y la pared, se maduren, se interroguen con o sin violencia, no tienen mejunje. Una de ellas, el conflicto de Gaza.
"¿Qué es lo que está pasando, Darling?" Por mucho que miro, observo, analizo... por mucho que me enfrento al rostro del palestino desplomado, al gatillo avezado del israelí, a la parálisis congénita de la esfera internacional... por mucho que me amotino contra la Guerra y me reconcilio con la Paz... no encuentro respuesta. ¿Qué es lo que está pasando? Diezsegundos después, decido concluir parcamente: que esto se resuelva.
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