4.12.08

Una partida de tute inhumana


"Pese a todo, la partida continúa..." rezaba esta mañana un diario nacional. Y es que el mismo día del asesinato de Ignacio Uria, en la cafetería de siempre, con las cartas de siempre y el ambiente de siempre, sus compañeros de partida de tute fingían que jugaban. Y digo "fingían" porque después de pensar diezsegundos no creo que el hecho de que la vida continúe pueda provocar ipso facto la indiferencia, el pasotismo, la desgana de meter la cabeza entre las piernas y llorar... y jugar, sin más, con la misma intensidad, otra partida de tute.
"Continuaron con su rutina, con la única diferencia de que otro ocupó el lugar del asesinado", se destaca en el reportaje. Pienso diezsegundos y por más que lo intento no puedo imaginar a los amigos de siempre de Ignacio Uria sin alma, sin el eco de la bala que le atravesó la sien a su compañero, sin el recuerdo de la partida de ayer, sin dolor de estómago, sin la piel de gallina al comprobar y sentir que en la silla de siempre de la cafetería de siempre no está sentado el amigo de siempre. Necesito diezsegundos más para no montar en cólera y decido tenerlos. Hasta los perros pueden alterarse porque a su rutina le falta algo (un trozo de carne deshuesado, por ejemplo).
"La partida continúa..." Me viene otra vez esta frase a la cabeza. Y pienso: sí, la frase está bien. Es la disposición que debe tener el ser humano cuando algo le ha partido el alma. Pero deben transcurrir segundos de silencio, segundos de sentido... Somos humanos. Es la diferencia que tenemos con las cartas de la partida de tute: ellas, el día del atentado tenían los mismos rasguños, el mismo color y rostro de siempre... En cambio, la cuadrilla de amigos, las miraba cómo cuestionándose: y ¿ahora qué?

3.12.08

Pensando PAZ


ETA ha asesinado hoy (3-XII) de dos disparos en la cabeza al empresario guipuzcoano Ignacio Uria Mendizabal, de 71 años y responsable de una de las compañías adjudicatarias del tren de alta velocidad vasco ('Y vasca'). Diezsegundos después de que me llegara el comunicado, he pedido en silencio por la paz. Os animo a hacer lo mismo. Diezsegundos de silencio antes de que el ajetreo del día, de los medios de comunicación y de la vida, lo encuadren como un atentado más. Y ya después de pensar sobre pensado, os animo a colgar vuestros diezsegundos por la PAZ en este post.

El éxito de un cojo


Estoy pensando muy poco hoy o eso pienso. Aunque sí que he tenido diezsegundos para reflexionar sobre una declaración de Michel Salgado, jugador del Real Madrid CF. "Ya hasta los fichajes vienen lesionados". Lo ha confesado después de conocer que su club ha comprado al holandés Huntelaar medio cojo del pie izquierdo.

Dicen de él que es un goleador nato, de pura raza, un gran fichaje, el "cazador"... pero está lesionado. Diezsegundos después de pensar que era ridículo, he vuelto a pensar. El Real Madrid apuesta por un cojo para ganar la Champions y la Liga y todo lo que se tercie esta temporada. Pensado lo pensado: ¡está bien el gesto! Desde hace unos 3 años intento jugar a baloncesto: sólo lo intento, porque siempre me he quedado calentando el banquillo disfrazada de mascota. Mi problema nunca ha sido la cojera. Ha sido otra: confundo el alero con el salero. En fin, que este gesto 'diezsegundos pensado' me ha animado: calentar el banquillo no está mal. Ser cojo tampoco. Sobre todo, si apuestan por ti. El día que Huntelaar salga al campo promete una media de 5 goles por la escuadra. Yo, lo mismo, con los triples. ¿No te pasa a ti lo mismo?

1.12.08

¿Cómo pasear tranquila/o?


Una señora, con abrigo marrón y bolso de cuero negro, pasea por la Plaza de San Marcos, Venecia. Parece un paseo tranquilo. Es un paseo tranquilo. Y pienso diezsegundos y me extraña. La escena no se me va de la cabeza: está paseando sumergida en el agua: y a ella apenas le importa. Diezsegundos más tarde, después de haber recorrido media avenida madrileña un día como hoy -de nieve y mucho frío- tengo los dedos de los pies agarrotados. Vuelvo a mirar la imagen. Y me sigue extrañando. Pasea tranquila, solapada a su valija, como si alguien o algo le esperase al otro lado de la piazza. La crecida de la marea en Venecia, conocida como "agua alta", ha llegado hoy lunes a los 156 centímetros sobre el nivel del mar, un dato que no se registraba desde hace 22 años y que ha provocado la inundación de casi toda la ciudad. El alcalde, Massimo Cacciari, ha pedido a los ciudadanos que se muevan lo menos posible. El transporte público ha estado suspendido durante varias horas. Pero pese a todo, la mujer pasea tranquila.
Diezsegundos después, con los dedos ya habilitados, sigo sin entender cómo soporta caminar mojada con tanto tesón hacia su destino. Aunque, pensando lo pensado, conozco a gente, que se moja por lo que cree... y no le importa. ¿Lo nota? Sí. Pero tira para delante, con el cuello erguido. Véanse personajes tan variopintos como Miguel Indurain, mi madre, Rafa Nadal, Yayi, Juan Pablo II, el quiosquero de la esquina de casa, Ryszard Kapuscinski, el vendedor ambulante de kleenex de Arturo Soria... Este último, en la misma carpeta que protege la mercancía, tiene enmarcada una foto de su hija: rumana, ventitantos, estudia en la universidad. Él cree en ella.